En la madrugada del 26 de abril, Alberto Carlos Pechos, jaqués afincado en el barrio de Buenos Aires (Salamanca), ha fallecido tras ser apuñalado en el ano al menos ochocientas veces por su compañero de piso, cuya identidad aún no ha trascendido. El presunto homicida ha alegado que Bustos usaba constantemente refranes; al parecer, se trataba de una práctica común (aunque ya irritante) durante los años pasados, pero que se volvió insoportable durante la cuarentena. "Estaba ya hasta los cojones de tanto refrán. Un día es más vale pájaro en mano que cachopo asturiano, al siguiente es a falta de pan, buena es mi polla y, al final, te despiertas una mañana y te das cuenta de que no aguantas ni un día más", parece haber declarado el homicida. Según fuentes cercanas a la víctima, sus últimas palabras fueron "muerto el perro, se acabó la rabia". El funeral, a causa del COVID-19, no se celebrará hasta el 40 de mayo.
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